No sólo ha señalado que no comparte, en absoluto, la denuncia antimonopolio interpuesta en su contra por parte de AMD, sino que Intel ha declarado abiertamente que continuará actuando como lo ha venido haciendo en el pasado. “Intel siempre ha respetado las leyes de los diferentes países en los que trabajamos”, señala el presidente y CEO de la compañía, Paul Ottellini, en un comunicado, en el que añade que esta empresa “siempre ha competido de manera con agresividad y justicia… Y esto no va a cambiar”. Además, Intel recuerda que con anterioridad se ha visto envuelta en denuncias judiciales similares, por lo que prevé que será capaz de resolver esta denuncia de AMD de manera “favorable”. Según los últimos datos de mercado ofrecidos por la consultora, Mercury Research, durante los tres primeros meses de 2005, Intel ha vendido el 81,7 por ciento de los procesadores de los ordenadores de sobremesa, portátiles y servidores x86. AMD intenta, en la denuncia efectuada, demostrar que Intel emplea técnicas ilegales para mantener esta posición dominante en el mercado, llegando, según AMD, a amenazar a algunos fabricantes de ordenadores con “severas consecuencias” si optan por los procesadores de la competencia. Según los analistas, AMD necesita, si quiere ganar el litigio, demostrar que Intel está en posesión de un poder monopolístico en el mercado y que la compañía es culpable de abusar de su posición en el mercado para mantener su liderazgo, dañando incluso los intereses de los usuarios.
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